Erotismo, corporalidad y deconstrucción en Elogio de la madrastra de Mario Vargas Llosa
Abstract: (Eroticism, corporeality and deconstruction in Elogio de la madrastra by Mario Vargas Llosa) Mario Vargas Llosa plays with deconstruction and reconstruction and in order to recompose his work, “Elogio de la madrastra”, it requires an active reader that pays attention and is capable of remaking the literary puzzle that the author proposes. We are facing a story of life, a couple and a stepchild that is trying to seduce his stepmother, but at the same time, a stepmother that not only is into the games of the childish seduction but she is even feeding it. On the other hand, Don Rigoberto is obsessed with his body and the cleaning of the parts of the body. And everything gets complicated because of the use of ekphrasis, the communion between painting and narrative. In light of this, the reader finds himself in a peculiar position to investigate, understand and see the novel as a whole, as it has been created, because the work is a game where the protagonists are victims of pleasure, victims that are trying to achieve happiness through the worship of the body. For Rigoberto the body is like a god that feeds with rituals and ceremonies. Lucrecia is the one that is capable of offering pleasure, but at the same time she feels it and she is the one that is involved not only in adultery but also in incest. Alfonso is the dual child that is both angel and demon, innocent and guilty, that closes the love triangle. And when these characters identify with characters from the paintings present in the novel, the reader must rebuilt the narrative thread.
Keywords: corporality, erotism, deconstruction, reconstruction, ekphrasis.
Resumen: Mario Vargas Llosa juega con la deconstrucción y la reconstrucción y para poder recomponer su obra, Elogio de la madrastra, se necesita un lector activo que preste atención y sea capaz de rehacer el rompecabezas literario que el autor propone. Estamos ante una historia de vida, una pareja y un hijastro que intenta seducir a la madrastra, pero al mismo tiempo una madrastra que se adentra en los encantos de la seducción infantil e incluso los alimenta. Por otro lado, Don Rigoberto está obsesionado con su cuerpo y con la limpieza de todas las partes corporales. Y todo se complica a través del uso de la écfrasis, de la comunión entre pintura y narrativa. Ante esta realidad, el lector se ve en la peculiar posición de indagar, entender y ver la obra como un todo, tal y como ha sido concebida porque está ante un juego en el que los protagonistas son víctimas del placer, víctimas que buscan alcanzar la felicidad a través del culto hacia el cuerpo. Para Rigoberto el cuerpo es como un dios que se alimenta de ritos y ceremonias. Lucrecia es la que es capaz de ofrecer placer, pero al mismo tiempo lo siente y es la que protagoniza tanto adulterio como incesto. Alfonso es el niño dual que es al mismo tiempo ángel y demonio, inocente y culpable, que cierra el triángulo amoroso. Y cuando estos personajes se identifican con personajes de los cuadros presentes en la novela, el lector se ve ante la necesidad de rehacer el hilo de la narración.
Palabras clave: corporalidad, erotismo, deconstrucción, reconstrucción, écfrasis.